miércoles, 17 de noviembre de 2010

ectima contagiosa


Ectima contagiosa

Las lesiones más comunes se ubican en la zona bucal y ventanas nasales de animales y en dedos y manos en ser humano. Éstas evolucionan desde una mácula eritematosa, pasando por pápula, vesícula, pústula y la formación de una costra, que posteriormente cae.




El agente etiológico
El virus del ectima contagioso (EC), es considerado como el virus tipo del gènero parapoxvirus orffi; se caracteriza por producir enfermedad vesicular en ganado, principalmente en rumiante menores.


Prevención y control
En los primeros estadios del brote podría aislarse a los animales afectados y vacunar al resto. La vacunación tiene escaso valor cuando ya hay un número importante de animales afectados (Radostits et al. 2002). Los inconvenientes de la vacuna es que puede ser peligrosa y desarrolla la enfermedad en la mayoría de los animales inoculados y en las personas que hacen la inoculación y no toman las medidas respectivas.
En el ser humano es importante prevenir con el uso de guantes en los operarios y aislar a los animales positivos a la enfermedad
(Georgiades et al. 2005).
Para sanitizar ambientes, según la OIE, se describe la sensibilidad de la poxviridae a la acción física o química de diferentes productos en la siguiente tabla:
Temperatura: Sensible a 56 °C/2 horas; 65 °C/30 min.
 pH: Sensible a pH muy alcalino o ácido.
Productos químicos: Sensible al éter (20%), cloroformo y formalina (1%).
Desinfectantes: Inactivado por fenol (2%) en 15 min. Sensible a los detergentes, por ejemplo: dodecil sulfato de sodio.
Supervivencia: Puede sobrevivir muchos años en costras secas a temperaturas ambiente. El virus sigue siendo viable en la lana durante 2 meses y en los locales hasta 6 meses.
1. Higiene personal, lavado de manos después de tener contacto con animales, no comer ni beber en las instalaciones, no fumar.
2. Equipo de protección personal; usar ropa exclusiva de trabajo, como un overol y el uso de guantes descartables.
3. Cuidado animal, aislar animales que presenten lesiones cutáneas de animales sanos e inspeccionar el hato constantemente.
4. Limpiar y desinfectar todo material que haga de vector mecánico y pueda hacer de carrier para la enfermedad.
5. Evitar cualquier exposición; ejemplo: agujas contaminadas.
6. Mantener un sistema de desechos para material contaminado.
7. Mantener buenas prácticas de trabajo.
8. Realizar programas de salud ocupacional, educar al personal.
9. Notificar al supervisor la presencia de lesiones cutáneas, tanto en los animales como en los trabajadores.
10. Buscar atención médica lo antes posible si existiera alguna lesión al sistema tegumentario.
Resistencia a la acción física y química (OIE, 2007).





Tratamiento
Por ser una enfermedad de curso benigno y que se autolímita, no existe un tratamiento específico en el ser humano, sólo la limpieza de las heridas con antisépticos; el uso de antibióticos queda reservado sólo en casos de que existan infecciones secundarias (Unal et al. 2002). Si presenta eritema multiforme, la terapéutica es en base a esteroides locales y antihistamínicos orales (Georgiades et al. 2005).
En los animales que presenten la enfermedad no se describe un tratamiento específico; existe la posibilidad de extirpar las costras y aplicar pomadas o soluciones astringentes, pero esto retrasa la curación en la mayoría de los casos. Se recomienda aportar a los animales alimento blando y apetecible. Se ha asegurado que el empleo de combinado de desbridamiento con diatermia y criocirugía es eficaz en las lesiones proliferativas de los corderos más jóvenes (Radostits et al. 2002).


 Diagnóstico
En las presentaciones comunes de la enfermedad, las características de las lesiones y los aspectos epizootiológicos permiten un diagnóstico clínico relativamente seguro; sin embargo, esto no siempre sucede y es necesario considerar el diagnóstico diferencial con otras enfermedades o  incluso remitir muestras al laboratorio para lograr la confirmación del diagnóstico.  La presencia de lesiones ulceradas en la mucosa oral o  en la  piel, puede dar lugar a confusión con enfermedades vesiculares, como la fiebre aftosa. En estos casos la no producción de lesiones en otros animales de pezuña hendida, como los bovinos que pastorean 0  están en proximidad con los ovinos 0  caprinos, puede ayudar al diagnóstico, especialmente en países que como Cuba están libres de fiebre aftosa.

 
Especies que afecta 
El virus Orf ataca principalmente a rumiantes menores, pero también se ha visto en una amplia gama de mamíferos incluido el hombre.

Síntomas:
La benigna es la más común, se presentan pústulas alrededor de la boca y los orificios nasales, y se tiene una desnutrición marcada debido a la dificultad para ingerir alimentos. La maligna ataca a los lactantes invadiendo la cavidad bucal, formando vesículas y úlceras en la lengua, paladar y encías; se puede extender alrededor de la boca, pezuñas, órganos genitales y mamas, originando mastitis aguda. Los lactantes pueden morir debido a infecciones secundarias bacterianas e incapacidad para mamar.

Sinónimo
Virus de la dermatitis pustular, Virus de la Dermatitis Pustular Contagiosa Ovina, Virus del orf, Virus Ectima Contagioso, Virus Ectima Contagioso de la Oveja, Sinónimo, Contagiosum de Ecthyma, Sinónimo, Dermatitis, contagioso pustuluso, Sinónimo, Infectiosum de Ecthyma

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